El descubrimiento de la penicilina, debido a Alexander Fleming, permitió notables avances en la investigación de los antibióticos instrumento fundamental en la lucha contra las enfermedades infecciosas

La penicilina
El descubrimiento de un nuevo agente inhibidor de la vida bacteriana, la penicilina. Este hallazgo, realizado en 1928, cuando Alexander Fleming era titular de la cátedra de Bacteriología en la Escuela de Medicina del St Marys Hospital, inauguro una nueva era en la práctica de la medicina.
El descubrimiento estuvo precedido por los estudios que Alexander Fleming estaba realizando sobre las variaciones de color de las colonias de estafilococos, lo que parecía estar relacionado con su virulencia. Se pensaba que estos cambios de tonalidad se producían si las colonias se incubaban durante veinticuatro horas y luego se conservaban a temperatura ambiente durante varios días. Fleming, en colaboración con M. Pryce, estudió estas alteraciones çon cultivos de estafilococos procedentes de forúnculos, abscesos e infecciones de nariz, garganta y piel.
Lo que llamó la atención del científico fue una placa de cultivo de estafilococo, en la que existía una zona de colonias que habían desaparecido, alrededor de una gran mancha de hongo, lo que ponía de manifiesto la capacidad del hongo para atacar a los microorganismos patógenos comunes.
Como resultado, publicó varios artículos sobre este tema; en 1929 aparecía, en la revista The Journal, el titulado «Sobre la acción bacteriana de la penicilina con especial referencia a su utilización en el aislamiento de B. lnfluenz.». En 1931, en el transcurso de una conferencia sobre «El empleo intravenoso de los germicidas», pronunciada en la Royal Society of Medicine, Fleming anuncia su descubrimiento de que la penicilina inhibe a los organismos anaerobios que causan la gangrena gaseosa. Fue así como Fleming sentó la base de lo que, con el tiempo constituiría una de las armas más poderosas de la humanidad para luchar contra las enfermedades. No obstante, se trataba sólo de un primer paso, ya que la utilización de la penicilina no hubiera sido posible sin los trabajo de los investigadores de Oxford, H. W. Florey y E.B. Chain. Estos científicos llevaron a cabo los procesos de purificación y concentración de la penicilina, con vista a poder demostrar sus efectos terapéuticos. Sus conclusiones fueron publicadas en el artículo la “Penicilina como agente terapéutico”, apareció en 1940 en la revista The Lancet. Las aportaciones de Florey y Chain, que junto con Fleming, fueron galardonados con el premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1945, permitieron la producción a gran escala de penicilina en Estados Unidos Bretaña.

Published in: on 12 septiembre, 2010 at 9:24 pm  Comments (3)